Por qué disparo con Hasselblad (y qué cambia en tu experiencia)

No soy un técnico. No te voy a hablar de sensores, ni de rangos dinámicos, ni de píxeles.

Pero sí quiero contarte por qué decidí trabajar con una cámara como la Hasselblad.

Y, más importante, qué cambia eso para ti.

Porque no se trata de la cámara.

Se trata de lo que se puede hacer con ella.

¿Qué tiene de especial una Hasselblad?

Hay cámaras buenas. Muy buenas. Y luego está esto.

No porque sea cara. Ni porque tenga un diseño minimalista que parece sacado de una galería de arte escandinavo.

Sino porque todo lo que hace… lo hace con calma.

Y esa calma se nota. En los colores. En las texturas. En los silencios que otras cámaras se saltan.

Una Hasselblad no dispara como un arma.

Observa. Espera. Y dispara cuando toca.

¿Cómo cambia eso tus fotos?

Cuando trabajo con esta cámara, todo se vuelve más consciente.

No hay ráfagas. No hay prisas.

Eso me obliga —nos obliga— a estar más presentes. A mirar mejor.

Y eso cambia todo.

La forma en que te mueves. Cómo te acercas. Lo que ocurre en medio de un gesto.

Cada imagen que tomo con la Hasselblad está pensada, medida y sentida.

No hay espacio para el azar. Solo para lo esencial.

Pero… ¿realmente importa?

Sí. Porque tus fotos no son un trámite.

Son tu historia. Tu memoria. Tu forma de recordar lo que ahora parece cotidiano, pero un día será sagrado.

Usar una cámara así no es por mí.

Es por ti.

Para darte imágenes que no parezcan de catálogo.

Sino tuyas.

En resumen

No se trata de tecnología.

Se trata de intención.

Y si voy a estar contigo en momentos importantes, lo mínimo que puedo hacer…

es llevar la herramienta adecuada para estar a la altura.

Anterior
Anterior

Cómo elegir al fotógrafo ideal si no quieres fotos típicas

Siguiente
Siguiente

¿Qué es una preboda y por qué deberías hacerla aunque no te gusten las fotos?