Cómo elegir al fotógrafo ideal si no quieres fotos típicas

Hay algo que muchos no dicen en voz alta, pero piensan:

“No quiero las fotos de siempre.”

Las de catálogo. Las de sonrisa congelada. Las que podrías intercambiar con otra boda y nadie lo notaría.

Si estás buscando un fotógrafo diferente, pero no sabes exactamente qué preguntar o en qué fijarte… este texto es para ti.

1. Olvídate del precio (al principio)

Sí, es importante. Pero no es lo primero.

Porque si solo comparas precios, terminas eligiendo por lo que cuesta, no por lo que vale.

Y a veces, lo barato no es caro… es irrelevante.

Busca primero las imágenes que te hagan sentir algo.

Luego hablamos de números.

2. Mira más allá de Instagram

Instagram muestra lo bonito. Pero no siempre lo verdadero.

Pide ver galerías completas. Reportajes enteros. Con lluvia, con sol, con nervios.

Ahí verás si el fotógrafo sabe contar una historia o solo cazar momentos sueltos.

3. Escucha cómo habla de su trabajo

Un fotógrafo que solo te habla de megapíxeles o descuentos no ha entendido nada.

Busca a alguien que te hable de ti.

De cómo ve las emociones. De qué valora en una imagen.

La forma en que habla dice mucho sobre cómo va a mirar.

4. Pregunta qué no hace

No todo fotógrafo sirve para todo.

Y eso está bien.

Un profesional que sabe lo que no hace… suele saber muy bien lo que sí.

Si tú buscas algo natural, artístico, con alma —y él solo hace fotografía clásica de estudio—, no es tu fotógrafo. Y no pasa nada.

5. Fíate de tu intuición

Cuando lo encuentres, lo vas a saber.

Verás sus fotos y vas a pensar: “Esto sí. Esto soy yo.”

Y eso vale más que cualquier filtro, que cualquier pose.

En resumen

No se trata solo de buscar un fotógrafo.

Se trata de encontrar a alguien que entienda cómo quieres ser recordado.

Alguien que no te pida posar.

Alguien que mire con respeto, con tiempo, con intención.

Porque si tus fotos van a durar toda la vida, más vale que sean tuyas de verdad.

Anterior
Anterior

Mi flujo de trabajo Fine Art: cómo abordo cada sesión desde la intención

Siguiente
Siguiente

Por qué disparo con Hasselblad (y qué cambia en tu experiencia)